Hemos escogido a la relación existente entre el transporte marítimo y el cambio climático como tema central de este post y de algunos otros que muy pronto estaremos publicando en virtud del reto que el cambio climático representa no solo para la comunidad marítima internacional sino para la huminadad entera. Aunque muchos sean escépticos, hoy día, la humanidad se enfrenta a un gran dilema, nuestra forma de vida colectiva ha dejado de ser sostenible y ha ido degradando lentamente el propio sistema de apoyo que permite prospere la vida en nuestro planeta.
Por fortuna, gracias a la existencia de pruebas científicas convincentes y quizás a una mejor comprensión de los aspectos económicos del cambio climático se le ha venido prestando mayor atención al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) y la consiguiente subida de las temperaturas en todo el mundo. Ello ha generado una creciente preocupación por nuestro medio ambiente y en cierto modo el convencimiento de que si no cambiamos de manera inmediata nuestras conductas infligiremos un terrible daño al planeta.
Las emisiones de GEI del transporte marítimo internacional, también han generado una creciente preocupación publica que han llevado a la comunidad marítima internacional al estudio de posibles medidas de mitigación. Sin embargo, para adoptar las medidas de adaptación adecuadas es necesario entender bien cuales son los efectos del cambio climático y sus consecuencias para el transporte marítimo. Ello será parte de lo que revisaremos en este post.
Los impactos del cambio climático en el transporte marítimo varían en función de las condiciones locales, los sistemas, los diseños, las políticas de transporte y de la capacidad de adaptarse y de reducir al mínimo los costos. Es probable que se produzcan efectos directos en la infraestructura, las operaciones y el mantenimiento del transporte marítimo y efectos indirectos en los servicios marítimos como consecuencia del cambio en su demanda, decisiones en materia de inversión o aspectos demográficos entre otros.
Se estima que las emisiones del transporte marítimo internacional representan del 1,6 al 4,1 % de las emisiones mundiales de CO2 resultantes de la quema de combustibles. De acuerdo a las previsiones de la Organización Marítima Internacional (OMI) estas aumentaran en un factor de 2,4 a 3 entre el 2007 y el 2050.
La gran dependencia del petróleo, en particular del petróleo pesado para la combustión, pone de relieve la utilidad de una mayor eficiencia energética y de una diversificación de las fuentes de energía para la adopción de medidas de mitigación en el transporte marítimo.
Las emisiones de GEI del transporte marítimo internacional, en particular cuando se utilizan buques grandes, supera a los otros modos de transporte en lo que se refiere a eficiencia del combustible e inocuidad para el clima.
En el marco del transporte multimodal, un mayor uso del transporte marítimo puede generar ciertos beneficios en lo que se refiere a la eficiencia de CO2 y de energía. Sin embargo, no es probable que el transporte marítimo internacional ofrezca siempre una alternativa viable a otros modos de transporte.
El importante trabajo que ha venido realizando la OMI tiene su origen como se dijo al principio, en las preocupaciones genuinas por el medio ambiente de los estados miembros de esa organización y de todas las organizaciones del sector que han contribuido a la materialización de los objetivos tanto de la OMI, como de aquellos establecidos en la Convención marco de la ONU sobre el cambio climático y su protocolo de Kyoto, en los que se estipula específicamente que se procure limitar o reducir las emisiones de GEI por conducto de la OMI.