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Etiquetas: Cambio Climatico, Transporte Maritimo
Observando lo que diariamente aparece en la prensa y los resultados de los estudios realizados por los organismos especializados en el cambio climático, este parece haberse convertido en algo inevitable. Si hay algo que hemos aprendido es que el clima no responde inmediatamente a influencias externas sino que, tras mas de un siglo de industrialización, el calentamiento mundial ha cobrado fuerza y seguirá afectando a los sistemas naturales del planeta durante cientos de años mas, incluso si se reducen inmediatamente las emisiones de gases invernadero (GEI) y dejen de aumentar los niveles de concentración de dichos gases en la atmosfera.
En tal sentido, no seria realista pensar que tan solo con medidas de mitigación de GEI seria suficiente para afrontar este inmenso reto que el cambio climático le plantea a la humanidad y de manera especifica al sector del transporte marítimo entre otros. Las medidas de adaptación también serian necesarias para al menos minimizar los efectos de los cambios irreversibles del clima.
Ahora bien, se hace indispensable estar bien informado sobre las probables vulnerabilidades y tener bien claro el tipo, alcance, impactos y consecuencias de los distintos efectos climáticos para poder adoptar medidas adecuadas y eficientes de adaptación del transporte marítimo.
En las siguientes graficas podrán observar las posibles repercusiones y correspondientes medidas de adaptación de los principales factores del cambio climático, a saber:
• Aumento de las temperaturas.
• Aumento del nivel del mar.
• Condiciones meteorológicas extremas.
Impacto en la infraestructura y equipos marítimos.
Las temperaturas extremas y las grandes variaciones, junto con los ciclos mas frecuentes de congelación y fusión, podrían conducir a un deterioro de las zonas pavimentadas en los puertos, así como también, en ciertos equipos como las grúas de embarque y desembarque de mercancías, especialmente si estas fueron construidas con metales de limitada resistencia térmica. Por otra parte, en los puertos se podrán experimentar mayores niveles de consumo de energía, y por ende un aumento de las emisiones de CO2 debido a las necesidades de refrigeración de las mercancías perecederas y de aire acondicionado.
El aumento del nivel del mar, las inundaciones y las crecidas tienen graves consecuencias para la infraestructura marítima pudiendo causar daños a los muelles, terminales, patios de almacenamiento y depósitos, e incluso pudiera llegar a tener la necesidad de cerrar el puerto, perturbando así los servicios portuarios. Además, los fenómenos meteorológicos extremos pueden perturbar la cadena de suministro intermodal y socavar la conectividad del sistema de transporte al causar daño a la vialidad terrestre.
De igual forma, el aumento de la movilidad de los sedimentos alrededor de los puertos y canales de acceso también podrían generar dificultades en las operaciones de arribo y zarpes de buques, demandando esta situación de costosas operaciones de dragado.
Impacto en los servicios de transporte marítimo
Los fenómenos meteorológicos extremos pueden afectar tanto los servicios portuarios, como afectar las condiciones para una segura navegación, planteando de este modo peligros a los buques durante las travesías, a la carga, a las tripulaciones y al medio ambiente. Incluso esta situación también pudiera conducir a cambios en la modalidad del transporte, siempre y cuando sea técnica y económicamente factible.
Otro impacto importante, en este caso positivo, seria la apertura de nuevas rutas marítimas como consecuencia del deshielo en el mar ártico. Actualmente, los buques utilizan las principales rutas marítimas que pasan por los canales de Panamá, Suez o los estrechos del Sureste Asiático, pero una ruta plenamente abierta en el Ártico ofrecería ahorros importantes en distancia, tiempo, costos y por ende menos emisiones de GEI.
Algunas opciones de adaptación para el transporte marítimo
Las medidas de adaptación para minimizar las posibles repercusiones del aumento de las temperaturas pasan por la revisión de los estándares de la construcción naval, de las reparaciones y del mantenimiento continuo de la infraestructura portuaria, por el aumento de la resistencia al calor de los materiales a utilizar y por la revisión de las especificaciones y normas de diseño. En el área operativa también se requerirá algunos cambios en los patrones de las operaciones de carga y descarga, en la velocidad y frecuencia del servicio, así como también en los planes de gestión del trafico.
Otro aspecto importante será la integración de los procedimientos de evacuación de emergencia para poder afrontar de manera eficiente los fenómenos meteorológicos extremos, así como también, la puesta en practica de los sistemas de alerta temprana mediante la utilización de la tecnología disponible. Buques, terminales y depósitos, podrían requerir sistemas de refrigeración mas eficientes. Las medidas de adaptación al aumento del nivel del mar pudieran implicar la reubicación de instalaciones portuarias tales como depósitos y patios de almacenamiento.
Quizás el reto mas importante con relación al medio ambiente hoy día es la preservación de la atmosfera terrestre. La comunidad marítima en general y muy especialmente, la Organización Marítima Internacional (OMI) por muchos años han estado trabajando en la lucha contra la contaminación atmosférica, así como también, en limitar o reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
La contaminación atmosférica se aborda en el anexo VI del convenio internacional para la prevención de la contaminación por buques Marpol 73/78. Este anexo se adopto en 1997 pero entro en vigencia el 19MAY2005. El anexo VI entre otras cosas establece por primera vez limites para las emisiones de óxidos de azufre (SOx) y óxidos de Nitrógeno (NOx) de los gases de escape de los buques, prohíbe las emisiones deliberadas de las sustancias que agotan la capa de ozono, y pone un limite mundial al contenido de azufre en el fuel-oil.
El anexo VI del convenio Marpol no trata de manera especifica la emisión de los GEI procedentes de los buques, sin embargo desde su adopción el comité de protección del medio marino ha estado trabajando sobre los modos de reducir las emisiones de los gases asociados con el cambio climático ocasionados por el transporte marítimo y aunque la OMI todavía no ha adoptado ningún instrumento obligatorio que trate las emisiones de los GEI, se han elaborado políticas y practicas de esa organización en materia de reducción de las emisiones de los GEI procedentes de los buques, y también se han aprobado directrices provisionales relativas al establecimiento voluntario de índices de emisión de CO2 para los buques destinados a utilizarse en pruebas.
El comité de protección del medio marino de la OMI también ha desarrollado un conjunto de medidas para reducir las emisiones de CO2 del transporte marítimo y que incluyen entre otras cosas un índice de eficiencia energética, tanto para buques nuevos como para los viejos, un plan de gestión energética del buque, con una orientación sobre las mejores practicas para el funcionamiento de los buques con un consumo eficiente de combustible, así como un indicador operacional de la eficiencia energética, que ayuda a determinar la eficiencia en el consumo de combustible del buque.
Cada una de las medidas consideradas generan oportunidades y desafíos, pues para su materialización y viabilidad comercial se requiere de tiempo e importantes inversiones. Algunas de esas medidas se encuentran apenas en sus fases iniciales de su desarrollo y con respecto a sus altos costos , estos vienen a agudizar el problema ya existente de mayores gastos debido a los requisitos de seguridad de la cadena de suministro, las medidas de facilitación del comercio y aquellos derivados de la inestabilidad de los precios del combustible.
Las medidas de mitigación de CO2 de la OMI se han agrupado en tres ámbitos de aplicación:
a. Mejoras en la tecnología y en el uso de la energía.
La primera de estas medidas relacionas con la tecnología es la sustitución de equipos viejos por equipos mas eficientes desde el punto de vista energético y menos contaminantes. Hoy dia se dispone de varias tecnologías que podrían reducir las emisiones de los buques nuevos, por tonelada/milla, entre un 15% y un 25% en función del tipo y la dimensiones del buque.
En ese sentido se han hecho esfuerzos para crear sistemas de propulsión y proyectos de hélices que pueden reducir el consumo de combustible en un 10% aproximadamente, y generar al mismo tiempo la misma potencia de salida que los que se instalaron hace unos 10 años atrás. De igual forma, se han logrado mejoras simultaneas de la hidrodinámica y el proyecto del casco del buque que permiten reducir el consumo de combustible entre un 2% y un 4%.
En cuanto a la utilización de combustibles y fuentes de energía alternativas es muy difícil ver resultados en el corto plazo, ninguna de las opciones pueden aun competir con el diesel. El panorama para los biocombustibles también es incierto, los procesos de producción han generado grandes preocupaciones en la opinión publica mundial por su impacto en la seguridad alimentaria. Quizás los biocombustibles que pudieran obtenerse a partir de desechos, por ejemplo, pudieran tener mejores perspectivas.
Otras técnicas como paneles y velas solares, buques propulsados por hidrogeno o la captura y almacenamiento de carbono constituyen opciones de largo plazo.
En este grupo de medidas relacionadas con la tecnología las soluciones de facilitación del comercio como es el caso de la automatización aduanera pueden jugar también un papel importante en la reducción de las emisiones de CO2. El sistema automatizado de datos aduaneros (SIDUNEA), programa insignia de asistencia técnica de la UNCTAD y otros proyectos como el de la ventanilla única, han dado excelentes resultados al reducir los tiempos de espera en los puertos y por ende el volumen de combustible consumido.
b. Medidas operacionales.
Con relación a la aplicación de este tipo de medidas existen algunas proyecciones muy optimistas que estiman la posibilidad de reducir las emisiones de CO2 en un 40% en el corto plazo. Una de esas medidas que ya varias empresas navieras han estado empleando es la reducción de la velocidad de crucero de los buques y los cambios de ruta. Una disminución de la velocidad en un 10% puede convertirse en una reducción del 25% del consumo de combustible. Junto con la disminución de la velocidad, se han programado rutas y concertado alianzas para aprovechar las economías de escala , utilizando además buques de mayor porte y menor consumo de combustible.
Otra medida importante ha sido la mejora de las operaciones portuarias. Estas se han llevado a cabo adecuando los terminales para facilitar los procedimientos de carga y descarga, reducir la congestión y suministrar energía eléctrica a los buques durante su estadía en puerto.
c. Programas basados en el mercado.
La aplicación de instrumentos de mercado al transporte marítimo internacional incluyen propuestas sobre un sistema de comercio de emisiones o sobre un sistema de tasa o impuesto sobre las emisiones, ligado a un fondo para ayudar a conseguir reducciones adicionales.
Existe la opinión casi generalizada del sector marítimo que cualquiera sea el instrumento que se aplique, este deberá aplicarse uniformemente a todos los buques, cualquiera sea su bandera, para evitar distorsiones de mercado y maximizar su eficacia en la reducción de las emisiones de CO2.
Las discusiones sobre las propuestas para poder decidir cuales medidas adoptar incluyen entre otras cosas: