Luis Alberto Mérida Galindo
07 de diciembre de 2025

Introducción: El Dilema Oculto de un Derrame de Petróleo
Cuando pensamos en un derrame de petróleo, la imagen que suele venir a la mente es la de equipos de emergencia y voluntarios trabajando incansablemente para limpiar las manchas negras de las costas y rescatar la fauna afectada. La intuición nos dice que la respuesta correcta es eliminar el crudo del medio ambiente lo más rápido posible. Sin embargo, la ciencia detrás de la gestión de estos desastres revela una realidad mucho más compleja y, a menudo, contraintuitiva.
La verdad es que, en la lucha contra un derrame, a veces la «limpieza» puede causar más daño que el propio petróleo. Los responsables de la respuesta se enfrentan a un dilema desgarrador: no se trata simplemente de limpiar, sino de tomar una decisión estratégica para minimizar el daño total al ecosistema. Esto puede significar aceptar un impacto en un área para salvar otra que es mucho más crítica y frágil.
Este proceso de toma de decisiones, basado en una evaluación rigurosa de costos y beneficios ambientales, tiene un nombre: Análisis de Beneficio Neto Ambiental (NEBA). A continuación, desvelamos cinco de sus aspectos más sorprendentes, que cambian por completo nuestra forma de entender cómo se combate un desastre ecológico.
1. El Objetivo No Es «Limpiar», Es Minimizar el Daño Total
El principio fundamental del NEBA representa un cambio de paradigma. Su objetivo principal no es simplemente «limpiar» el petróleo derramado, sino seleccionar la estrategia de respuesta que minimice el impacto general, tanto ambiental como socioeconómico. En lugar de una operación de limpieza reactiva, el NEBA promueve un enfoque estratégico de reducción de daños, donde cada acción se sopesa en función de sus consecuencias a corto y largo plazo para todo el ecosistema.
2. Los Dispersantes No Eliminan el Petróleo, Solo lo Mueven de Lugar
Una de las herramientas más polémicas en la respuesta a derrames son los dispersantes químicos. Contrario a la creencia popular, no hacen desaparecer el petróleo. Su función es romper la mancha de la superficie en millones de pequeñas gotas que se transfieren a la columna de agua (los primeros metros bajo la superficie), donde los microbios pueden biodegradarlo más fácilmente. Esta acción crea un crítico «intercambio» de riesgos que debe ser evaluado cuidadosamente.
- El beneficio: Al dispersar la mancha superficial, se evita que el petróleo llegue a las costas, protegiendo así hábitats extremadamente sensibles como manglares o marismas, así como a aves y mamíferos marinos que viven o se alimentan en la superficie.
- El costo: Al mover el petróleo a la columna de agua, se aumenta temporalmente la concentración de componentes tóxicos en esa zona, exponiendo a organismos como el plancton y otras especies pelágicas a un mayor riesgo.
3. La Decisión Crucial: Sacrificar una Parte del Ecosistema para Salvar Otra
El NEBA obliga a los gestores de emergencias a tomar decisiones increíblemente difíciles que van más allá de una simple comparación. A menudo, esto implica priorizar la protección de ecosistemas cuyo tiempo de recuperación es extremadamente largo, como los arrecifes de coral o los manglares. Pero el cálculo también debe incorporar otros factores críticos. Se debe considerar la estacionalidad: ¿es la época de desove de una especie comercial clave?, ¿están anidando las tortugas marinas o han llegado aves migratorias? El impacto de una respuesta puede variar drásticamente según el momento del año.
Además, el análisis pondera los recursos socioeconómicos que sustentan a las comunidades locales. Proteger zonas pesqueras, instalaciones de acuicultura o playas turísticas se convierte en una variable fundamental. En caso de conflicto, la preservación del hábitat suele tener prioridad sobre las especies individuales, bajo el principio de que su supervivencia a largo plazo depende de la salud de su hogar. Todo se resume en esta evaluación clave:
El NEBA determina si el daño potencial a los organismos marinos en el agua es aceptable a cambio de proteger hábitats costeros críticos que tardarían mucho más en recuperarse.
4. El Trabajo Más Importante Se Hace Antes del Desastre
Una de las lecciones más importantes que nos enseña el NEBA es que la improvisación durante una emergencia es la peor estrategia. El análisis para decidir si usar dispersantes, por ejemplo, requiere tiempo, pero la ventana de oportunidad para aplicarlos es muy corta, a veces de solo unas pocas horas o días.
Por ello, se subraya la necesidad de realizar un «NEBA preparatorio» durante la fase de planificación de contingencias. Esto implica evaluar escenarios de derrame probables y preaprobar el uso de ciertas estrategias, como los dispersantes, en zonas y condiciones específicas. Tener estas decisiones tomadas de antemano permite una respuesta mucho más rápida y eficaz cuando ocurre un incidente real.
5. La Analogía del Cirujano: Una Decisión de Vida o Muerte Ambiental
Para entender la lógica del NEBA, la analogía del cirujano es perfecta. Imagina que un médico debe tratar una infección grave en la pierna de un paciente. Tiene dos opciones: administrar un antibiótico muy potente o realizar una cirugía invasiva. El antibiótico (el dispersante) causará efectos secundarios, como malestar estomacal y debilidad temporal (el impacto en la columna de agua), pero evitará que la infección se extienda a órganos vitales como el corazón o los pulmones (los manglares y costas sensibles), cuyo fallo sería fatal o irreversible.
El médico evalúa que el beneficio de salvar los órganos vitales supera con creces el daño temporal y controlado del medicamento. El NEBA funciona exactamente igual: se acepta un impacto menor y conocido para prevenir una catástrofe ambiental mucho mayor y potencialmente permanente.
Conclusión: Más Allá de la Limpieza
Responder a un derrame de petróleo no es una simple operación de limpieza, sino una compleja ciencia de equilibrios y sacrificios. El Análisis de Beneficio Neto Ambiental nos demuestra que, para proteger verdaderamente el medio ambiente, debemos mirar más allá de la superficie y tomar decisiones basadas en la reducción del daño total, incluso si esas decisiones son difíciles de aceptar a primera vista.
Nos deja con una pregunta fundamental que todos deberíamos considerar. Frente a una elección ambiental imposible, ¿cómo decidimos qué parte de la naturaleza vale más la pena salvar?
En la Guia cuyo enlace se encuentra abajo usted podrá encontrar respuestas a todas sus inquietudes con respecto a estos temas, recomiéndo lean tanto la Guia Internacional ARPEL, como el manual RETOS.




