Una consideración importante en relación con las opciones de mitigación para el transporte marítimo internacional es la complejidad inherente a este sector, ya que las emisiones de CO2 se generan en gran parte fuera de las fronteras nacionales y los buques pueden estar vinculados a diferentes naciones por medio de la matrícula, la propiedad efectiva y la explotación.
Cada una de las opciones entraña oportunidades y desafíos, y un desafío clave es el relativo a los costos posiblemente elevados y al hecho de que muchas soluciones que podrían beneficiar a todos se hallan en las fases iniciales de su desarrollo. A este respecto, se necesitan tiempo e importantes inversiones para garantizar la viabilidad comercial y la amplia difusión.
En particular, desde la perspectiva de los países en desarrollo, pueden surgir inquietudes acerca de las repercusiones económicas de las diversas medidas de mitigación y, en algunos casos, de la capacidad de adoptar y aplicar una serie de medidas basadas en la tecnología.
Es probable que los costos mayores ejerzan una presión adicional sobre el sector marítimo y, por extensión, sobre los costos del transporte, que ya son desproporcionadamente más altos en los países en desarrollo y tienen consecuencias para la competitividad comercial. Como se recordará, el sector ya está afrontando mayores gastos debidos a los requisitos de seguridad de la cadena de suministro, las medidas de facilitación del comercio, otros reglamentos ambientales y la gran inestabilidad de los precios del combustible.
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